Trasplante de Pared Abdominal

El trasplante de pared abdominal, por sí solo, es un procedimiento muy raro del que no se habla con frecuencia. La razón no es descabellada, y esto se aclarará aquí. Hablaremos de la pared abdominal, sus constituyentes, anatomía, defectos y trasplante quirúrgico.

La anatomía de la pared abdominal

La pared abdominal se refiere a los músculos que cubren la cavidad abdominal, brindándole cobertura y protegiendo los órganos abdominales de lesiones. Está definido por la apófisis xifoides y los músculos costales en la parte superior, en la parte inferior por los huesos púbicos y los ligamentos inguinales. La pared abdominal es una estructura compleja que consta, desde la superficie hasta la profundidad, de la piel, la fascia superficial, los músculos, la fascia transversa y el peritoneo. Los músculos abdominales laterales incluyen los oblicuos externos e internos y los músculos abdominales transversos. Los músculos abdominales anteriores incluyen el recto abdominal y los músculos piramidales. La pared abdominal está irrigada por las arterias epigástricas y está inervada por los nervios toracoabdominales.

¿Cuál es la función de la pared abdominal?

Tienen numerosas funciones vitales:

• Ayudan con funciones corporales esenciales como orinar, estornudar, vomitar, toser, etc.
• Ayudan a asegurar y proteger los órganos internos como el estómago, los intestinos, el hígado, etc.
• Ayudan a mantener la presión abdominal interna
• Apoyan la columna vertebral y el cuerpo al sentarse, pararse, agacharse, hacer ejercicio, etc.
• Ayudan a mantener la posición anatómica de varios órganos abdominales.

¿Cuáles son los problemas que pueden afectar a la pared abdominal?

Algunos de los problemas que pueden afectar a la pared abdominal pueden ir desde problemas congénitos hasta adquiridos, y su diagnóstico suele ser evidente en el examen físico. Algunas de las patologías incluyen:

Congénito – anomalías del uraco que surgen de la obliteración incompleta de la conexión embrionaria entre la vejiga urinaria y el conducto alantoideo. Esto da lugar a un espectro de anomalías que incluyen: uraco permeable, quiste de uraco, seno de uraco y divertículo de uraco.

Traumático – el traumatismo de la vaina del recto produce un hematoma que se presenta con dolor abdominal agudo y una masa palpable. Esto generalmente se debe a la ruptura de los vasos epigástricos y al desgarro de las fibras del músculo recto. Por lo general, es autolimitado y el sangrado eventualmente se tapona por sí mismo.

Inflamatorio – celulitis o absceso de la pared abdominal que se presenta con sensibilidad focal, eritema suprayacente, fiebre y leucocitosis. Esta infección generalmente se debe a la ruptura de la piel, una invasión de la piel y la invasión de la flora local o bacterias exógenas. Los abscesos también pueden surgir de procesos postoperatorios o postraumáticos; también pueden surgir repentinamente como una extensión de un proceso intraabdominal como la enfermedad de Crohn.

Neoplásico – los lipomas son tumores benignos que se asemejan a la grasa normal; pueden surgir en cualquier región del cuerpo que contenga grasa. Los neurofibromas son neoplasias benignas compuestas de células de Schwann y una red de fibras de colágeno que se presentan con mayor frecuencia en la neurofibromatosis tipo 1 o 2.

¿Qué es un trasplante de pared abdominal?

Esta es una alternativa al cierre primario de la pared abdominal en receptores intestinales y de múltiples órganos. Dado que es factible obtener un injerto visceral y un injerto de pared abdominal del mismo donante, un trasplante de pared abdominal puede ofrecer resultados satisfactorios. La fascia no vascularizada es una de las alternativas para el trasplante de cierre de la pared abdominal. El trasplante de pared abdominal es una opción a considerar para pacientes con múltiples cirugías previas y sin alternativa para la reparación primaria de la pared abdominal.

¿Cuál es el procedimiento?

El trasplante de pared abdominal es un procedimiento raro que solo se ha realizado en unos 50 casos en el mundo. La técnica para este trasplante consiste en extraer y trasplantar el peritoneo y el tendón de la pared abdominal del donante al receptor. Ayuda a prevenir un abdomen abierto después de una cirugía de trasplante de órganos. No es estética sino una cirugía necesaria para pacientes sometidos a múltiples trasplantes de órganos. La técnica generalmente se realiza en pacientes que han sido sometidos a múltiples cirugías abdominales y que necesitan un trasplante intestinal o multivisceral, es decir, pacientes que necesitan simultáneamente un nuevo estómago, páncreas, intestino delgado e hígado. Este procedimiento es muy raro y generalmente se realiza una o dos veces al año.